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La FDA pone en riesgo la salud de niños, niñas y adolescentes al permitir que Philip Morris comercialice su producto de tabaco calentado IQOS como producto de tabaco de riesgo modificado

Declaración de Campaign for Tobacco-Free Kids, American Cancer Society Cancer Action Network, American Heart Association, American Lung Association y Truth Initiative
7 julio, 2020

WASHINGTON, DC - Estableciendo un precedente peligroso que pone en riesgo a los niños y niñas y a la salud pública, el 7 de julio la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) autorizó la comercialización de IQOS, producto de tabaco calentado de Philip Morris, como un "producto de tabaco de riesgo modificado". Esta autorización se dio a pesar de que la FDA reconoció que Philip Morris no logró demostrar que el consumo de IQOS implique un menor riesgo de enfermedades relacionadas con el tabaco y sin requerir que la empresa proporcione evidencia (a partir de datos de EE. UU.) de que el marketing del producto no atraerá a los niños y niñas. Con esta acción, la FDA ha creado un peligro real de que las personas crean erróneamente que está demostrado que IQOS presenta un menor riesgo para la salud y, adicionalmente, implica que niños, niñas y jóvenes estarán expuestos a la promoción de IQOS, que presenta este producto altamente adictivo como una atractiva alternativa a los cigarrillos convencionales, del mismo modo que lo hacen los cigarrillos electrónicos.

En su decisión, la FDA reconoce que el impacto en la juventud de permitir que IQOS se comercialice como un producto de riesgo modificado no es "claro". Tales dudas deben resolverse protegiendo a las nuevas generaciones, no haciéndolas conejillos de indias en un experimento de marketing de Philip Morris. Lo útlimo que necesitan los jóvenes es otro producto de tabaco que sea adictivo y engañe a los consumidores sobre los riesgos para la salud.

Específicamente, la FDA permitió a Philip Morris promocionar IQOS afirmando que reemplazar completamente los cigarrillos convencionales por este producto reduciría significativamente la "exposición" a químicos nocivos o potencialmente dañinos. Esto lo hizo a pesar de haber concluido que "el conjunto general de evidencia no fue suficiente para demostrar que cambiar completamente del cigarrillo comubustible al sistema IQOS reduce el riesgo de enfermedades o daños relacionados con el tabaco". Es probable que, en consecuencia, los consumidores se confundan e interpreten que, si dejan de fumar cigarrillos convencionales y cambian a IQOS, reducirán el riesgo de enfermedad, a pesar de la conclusión de la FDA de lo contrario.

El hecho de que la FDA no exija que Philip Morris presente evidencia sobre el impacto de su comercialización dirigida a jóvenes de Estados Unidos repite un error atroz que ya cometió en el pasado y que socava un objetivo central de la Ley de Control del Tabaco. Es especialmente preocupante que la FDA no haya tenido en cuenta cómo se promocionará IQOS, y si ese marketing será atractivo para niños, niñas y adolescentes cuando existesn numerosos ejemplos de otros países que muestran que la publicidad de Philip Morris busca atraer a los jóvenes. Las organizaciones firmsntes en múltiples ocasiones han expresado su preocupación ante la FDA porque Philip Morris International comercializa IQOS con estrategias que apuntan claramente a adolescentes, como la utilización de las redes sociales, patrocinios de eventos como fiestas en la playa y desfiles de moda, y tiendas y quioscos elegantes que parece que están vendiendo aparatos tecnológicos en lugar de productos de tabaco adictivos (ver ejemplos de marketing de IQOS aquí y aquí). Si la FDA no puede evitar tales tácticas en los EE. UU., existe un grave riesgo de que IQOS, junto con los cigarrillos electrónicos, vuelvan adicta a una nueva generación de niños y niñas.

Como señalaron las organizaciones en sus comentarios a la FDA sobre la solicitud de Philip Morris, la compañía no demostró que la comercialización de IQOS como producto de riesgo modificado no aumentará el inicio del consumo de tabaco por parte de los no consumidores, particularmente jóvenes, o que la comercialización para el producto estará dirigida solo a fumadores adultos. La evidencia también indica que la comercialización de IQOS conducirá a un mayor uso dual con cigarrillos en lugar de llevar a un número sustancial de fumadores a cambiar por completo a IQOS, de forma similar a como los cigarrillos electrónicos han llevado al uso dual sin beneficios para la salud. Philip Morris tampoco proporcionó investigaciones sobre cómo impactará en la pobalción afroamericana la comercialización de IQOS con sabor a mentol al promocionarse como un producto de riesgo modificado, cuando se ha comprobado que la comercialización de cigarrillos mentolados dirigida a este público ha causado un gran daño a la salud.

La FDA debería haber denegado la solicitud de Philip Morris en su totalidad debido a que la empresa no proporcionó evidencia científica suficiente para respaldar sus afirmaciones y para demostrar que el producto no se comercializará de manera que atraiga a niños, niñas y adolescentes.